Blog sobre Redecilla del Camino y comarca.

Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de abril de 2024

“El camino me lleva…, no soy yo quien lo llevo a él” Vicente Espinel, s. XVI, Isidro García Cigüenza, oriundo.

 Entrevista a Isidro García Cigüenza, oriundo comarcano, 
con motivo de la publicación de su estudio y libro 
sobre el autor del s.XVI , Vicente Gómez Martinez Espinel.
La modernidad pedagógica de un autor del s.XVI/XVII.
 Él me confirmó la bondad de la metodología didáctica basada en la necesidad de 
“educar divirtiendo y divertir educando”.


Isidro García Cigüenza: «Mi labor consiste en mover a maestros y 
profesores para que saquen a sus alumnos fuera de las aulas»

Oriundo de la Riojilla burgalesa, Isidro G. Cigüenza  llegó a nuestra tierra hace más de cuarenta años. Enamorado del paisaje y del paisanaje ha realizado su labor didáctica durante todo este tiempo en el mismo pueblo (Estación de Gaucín) y con la misma gente (que no en vano han pasado por sus manos, abuelos, padres y nietos de las mismas familias). Autor de una didáctica específica, que funde y amplía a partir de las filosofías y prácticas avanzadas de la Historia de la Pedagogía (Sócrates, Rousseau, Freinet o Giner de los Ríos), ha venido llevando a cabo paralelamente una labor etnográfica, con libros como: “Habla de la Serranía de Ronda”, “Ecosistemas”, “Arrieros”, “Bandoleros”, “Brujas”, “Boabdil y el Camino Romántico”, “Cabreras”, “Monaguillos” o su último trabajo estelar: “La Pedagogía Andariega”.

– ¿Qué opinión te merece Vicente Espinel? 

– A partir de sus tres aportaciones: la novela picaresca, la guitarra española y la Décima espinela, Vicente Espinel mantiene una vigencia inusitada. En su novela “Vida del escudero Marcos de Obregón”, por ejemplo…, introdujo unas temáticas y unas aseveraciones que, cuatrocientos años después, nos dejan pasmados. Leyendo sus textos es como se le conoce:

Tienen los médicos la obligación de ser dulces y afables, de semblante alegre y palabras amorosas… Que sean corteses; que toquen y acaricien al enfermo de modo que parezca que sólo su visita ya les ha traído mejoría…“

En este asunto de la crianza de los hijos hay tantas cosas a tener en cuenta que muchas veces, ni a los propios padres que los engendraron y parieron se les puede encomendar esa tarea. Y ello porque las costumbres y manías se contagian de padres a hijos.

– ¿Cómo le descubriste personalmente?

– En Ronda existen varias instituciones y calles que llevan su nombre: un Teatro, un colegio de Educación Primaria, una Asociación de Vecinos, una Coral, una calle de dedicada a su novela y la travesía más comercial y transitada de la ciudad: la Carrera de Vicente Espinel, conocida popularmente como “Calle La Bola”. Sin embargo, y como suele suceder con los nombres onomásticos, su biografía pasa absolutamente desapercibida. Por mi parte, fue escribiendo el libro “Bandolerismo en la Serranía de Ronda”, como lo descubrí. Existe allí un territorio asilvestrado, denominado “La Sauceda” donde Espinel centra una de las escenas más interesantes y divertidas de su obra. Leyéndolo me quedé prendado de su calidad, humor e inteligencia.

 – ¿Y eso fue lo que te llevó a Adaptar su obra al lenguaje actual?

– Efectivamente. Mi oficio de “maestro de Escuela y profesor de Secundaria” me condujo precisamente a aprovechar los muchos recursos didácticos que, tanto en el terreno musical, histórico, andariego y novelesco, aportaba Espinel. Él me confirmó la bondad de la metodología didáctica basada en la necesidad de “educar divirtiendo y divertir educando”. Su libro, especialmente para niños y jóvenes malagueños y andaluces, me pareció una joya pedagógica que, superando en humor y calidad moral al propio Quijote de su coetáneo y amigo Cervantes, debía ser traída al lenguaje actual. Fue con motivo del IV Centenario del citado “Marcos de Obregón”, y respetando giros y formas antiguas, como fui conduciendo a sus lectores hacia el deseo ínclito de conocer el texto original. Por otra parte y ahora como aficionado a leer y escribir que soy, me parecía una obligación dejar constancia de mi agradecimiento hacia los grandes autores de la literatura universal, facilitando el conocimiento de uno de ellos. Ya lo dice el refrán: “De bien nacidos es ser agradecidos”.

– Nos consta tu ofrecimiento a Asociaciones, Colegios e Institutos para, con motivo de este IV Centenario, sacar a los niños de los Centros y, por calles y plazas ir realizando actividades didácticas.

– Así es. Dentro de mis posibilidades y continuando con mi labor docente (precisamente por ello) llevo años ofreciéndome de forma altruista para llevar a cabo acciones en torno a Proyectos Educativos como éste de Vicente Espinel. Un proyecto, por cierto global e interesante donde los haya y que abarca infinidad de áreas: historia, literatura, rutas, música… En este caso el tema tiene un atractivo añadido que es la de ahondar en la rima y los ritmos acústicos a partir de la Décima Espinela y de la mano de cantantes actuales como pueden ser Rozalén, El Kanka, Alexis Pimienta, los trovadores hispanos o los raperos improvisadores de las “peleas de Gallos”. Nuestra tierra ofrece además unos recursos artísticos y arquitectónicos fabulosos… Mi labor consiste en mover a maestros y profesores para que saquen a sus alumnos fuera de las aulas. Para que no se dejen domeñar por esa panoplia de horarios, programaciones, libros de texto y contenidos ajenos a sí mismos y a los niños que tutelan. La educación tradicional está muerta, y la tan cacareada “digital” sedentaria y homogeneizada. Debemos recrear una educación proactiva, próxima y comprometida con la colectividad que nos acoge.

Portada del libro de Isidro G. Cigüenza

– ¿En qué consisten esa “Rutas Espinelianas” que llevas a cabo con niños y jóvenes, acompañados de tu burrita Molinera?

– Se trata de realizar caminatas que enmarcan los relatos de la biografía de Espinel y las aventuras del Marcos de Obregón. Así, y aprovechando la lección que nos dan monumentos, lugares y senderos de aquella época, caminamos por Ronda leyendo sus textos, ampliando aprendizajes y llevando a cabo juegos callejeros que por su simplicidad y jerga rítmica nos resultan entrañables: “Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas no pagan dinero…” Pero no nos quedamos aquí, también nos vamos de viaje a Salamanca, Madrid o Sevilla. ¡A Salamanca, por ejemplo, propongo ir caminando, como en su día fuimos Molinera y yo mismo tras las huellas del joven Vicente Espinel cuando fue a estudiar a su universidad: Adamuz, Córdoba, Mesón del Potro, Hinojosa, Sierra Morena…! ¡Una pasada!

– Creo que también implicas a escritores actuales en vuestro proyecto…

– Lo mejor del itinerario rondeño es que, una vez hecho el recorrido por calles y monumentos renacentistas…, una vez leídos textos…, cantadas las espinelas y jugado a juegos de toda la vida…, concluimos nuestro periplo en el rincón más delicioso de la Calle Marcos de Obregón: en el patio de la casa del mejor y más prolífico escritor de la ciudad: D. Antonio Garrido. Un autor que nos recibe con una alegría y una generosidad proverbiales. Un hombre que, octogenario de edad, nos muestra su bibliografía y sirve a niños y jóvenes de referencia y modelo para entender que, quizás también él, resultará homenajeado dentro de otros cuatrocientos años como lo es hoy D. Vicente Espinel. ¿Habrá algo más aleccionador, vívido y educativo al mismo tiempo? ¡Pasado, presente y futuro, al alcance de la sensibilidad y la memoria tangible de niños, jóvenes y profesores! ¡Un modelo proverbial que no podíamos dejar escapar! ¡Una maravilla!

Isidro y su burrita en Granada

– Isidro, jubilado… y sigues trabajando en pos de una pedagogía, La Andariega que tú mismo has fundamentado y que estás empeñado en fomentar.

– Y ello porque entiendo mi profesión de educador como un oficio. Un oficio artesanal que no concluye con la jubilación, sino todo lo contrario. Un oficio proverbial e imprescindible que, como si se tratara de un ebanista, un ceramista o un herrero, manipula la materia prima con la que trabaja con respeto, conocimiento, afabilidad y destreza. Mi relación así, con niños y jóvenes, es muy similar a la de aquellos sabios artesanos: trato de fundirme con los intereses y aptitudes de mis compañeros de viaje; busco con ellos encontrar en el entorno próximo (paisajes, monumentos, fábricas, comercios y personas singulares) los recursos pedagógicos que satisfagan nuestros intereses y habilidades. Propicio y fomento, a partir de la experiencia, un compromiso personal y social con lo que nos rodea. Trato, en fin, de llevar a cabo una enseñanza efectiva, afectiva, y solidara. Mi pedagogía, La Pedagogía Andariega, nace de las posibilidades que nos brinda nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra mente para, en constante movimiento, salir a buscar esas respuestas sempiternas que técnica, moral y humanamente nos hacemos. Relegamos la tecnología, lo digital, los libros y las aulas, a lo meramente instrumental. Renegamos de una Educación impuesta por el Sistema. Lo importante para nosotros es descubrirnos a nosotros mismos y nuestro papel en el barrio y en el Cosmos que habitamos. Vicente Espinel, en este caso, es el recurso inmediato que nos permite, siempre caminando, averiguar cosas del futuro a partir del camino recorrido en el pasado. Ya lo dice su Marcos de Obregón en uno de los pasajes: “El camino me lleva…, no soy yo quien lo llevo a él”.

viernes, 1 de marzo de 2024

Camino Francés: Santo Domingo de la Calzada-Redecilla del Camino-Belorado (22 Km.).

Los miembros de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina” retomamos el domingo 11 de febrero de 2024 nuestro peregrinaje por el Camino Francés. 
En esta jornada nos dirigimos de Santo Domingo de la Calzada a Belorado. Abandonamos tierras riojanas para, en Redecilla del Camino, 
adentrarnos en la Comunidad de Castilla y León; en la provincia de Burgos.


Texto: Marta María Fernández Santos.
Fotografías: Rosa Gómez¸ Marta María Fernández, 
Marta Román, Pilar Alonso y Jomardi,

Otro día más hemos madrugado bastante. Los cien peregrinos que nos desplazamos hoy salimos puntuales hacia nuestro destino. Como es costumbre, hacemos una parada intermedia para estirar un poco las piernas y tomar algo. 

Finalmente llegamos a Santo Domingo de la Calzada e inmediatamente nos dirigimos a la Catedral donde nos hacemos una foto del grupo. Y acto seguido, nos ponemos en marcha.


 Salimos de Santo Domingo de la Calzada cruzando el río Oza -que según una teoría da nombre a “La Rioja”- por el Puente construido sobre el primitivo levantado por Santo Domingo de la Calzada a mediados del siglo XI. La Ermita que hay al inicio del puente es de 1917 y sustituyó a otras que fueron destruidas por sucesivas riadas. El puente, símbolo de la ciudad, figura en su escudo municipal. 


A poco más de tres kilómetros nos encontramos con la “Cruz de los Valientes”: una cruz que recuerda una disputa medieval entre Santo Domingo de la Calzada y Grañón por la propiedad de una dehesa, hoy símbolo de la hermandad entre ambas localidades. Según la tradición, los peregrinos rezan un padrenuestro para encontrar la fuerza suficiente para continuar camino hacia Santiago de Compostela.


En la jornada de hoy hace sol. La previsión meteorológica no daba lluvia y acertó, pero en cambio tuvimos desde el comienzo de la etapa y durante todo el día un fuerte viento de cara que hacía más duro el caminar.


Seguimos avanzando, en paralelo a la nacional N-120 y entramos en Grañón.

Aquí destacan la Iglesia de San Juan Bautista (siglo XVI) y la Ermita de Carrasquedo (estilo barroco. S. XVII-XVIII). 
Si pasas por Grañón y tienes la oportunidad, merece la pena visitar el Albergue Parroquial, muy especial para los Hospitaleros Voluntarios. Nosotros tenemos la enorme suerte de que, sabiendo de nuestra llegada, nos reciben con las puertas abiertas. Gracias a nuestros compañeros socios hospitaleros voluntarios y a los hospitaleros del albergue -y gracias a un “indio” hospitalero que salió a saludarnos- (estamos en carnaval). Nos agasajaron con un delicioso café con leche calentito acompañado de bizcocho, pastas, sándwiches… en fin, una maravilla que nos vino fenomenal para reponer fuerzas y seguir con el camino. 
El Albergue de Grañón se considera cuna y escuela de Hospitaleros Voluntarios. Lleva acogiendo peregrinos desde 1997. Se trata de unas austeras pero acogedoras instalaciones adaptadas para acoger peregrinos en la torre de la Iglesia.


Pudimos ver el Albergue y acceder al Coro de la Iglesia observando desde allí su interior. Después bajamos y en el templo nos dieron la Bendición. Muchas gracias desde aquí a todos los que nos recibieron y nos atendieron en Grañón por su amabilidad, su trato cercano y nuestro reconocimiento a su gran labor.

Cogimos nuestras mochilas y bastones -que habíamos dejado en el exterior del albergue- y nos pusimos de nuevo a caminar.




Salimos de Grañón y descendiendo por un collado tomamos una pista agrícola. Dejamos La Rioja y entramos en Castilla y León, en la provincia de Burgos.


Seguimos caminando y llegamos a la localidad de Redecilla del Camino. 

Burgos y el Camino Francés: el Camino Francés entra en la provincia de Burgos por Redecilla del Camino, procedente de La Rioja. Estos primeros kilómetros discurren por las faldas de la vertiente norte de la Sierra de la Demanda, regadas por los ríos Tirón y Oca que descienden hacia el Ebro.
Es un tramo suave en el que predominan los paisajes agrícolas de cereal con retazos de bosque autóctono de roble y al sur siempre dominantes las cumbres de la Demanda, superiores a los 2000 metros. En este tramo del Camino de Santiago se encuentra una densidad relativamente alta de pequeños pueblos, siendo Belorado la localidad más importante de esta zona. 






A la entrada de Redecilla del Camino hay un rollo jurisdiccional. Nos hacemos una foto al lado del monumento a los peregrinos y nos dirigimos a la Iglesia Parroquial de la Virgen de la Calle-que han abierto expresamente para nosotros-para poderla visitar y contemplar la pila bautismal románica del siglo XII de extraordinario valor, construida en una sola pieza. 




Saliendo de Redecilla del Camino otra pista nos lleva caminando hasta Castildelgado. Esta localidad tiene su fundación referenciada en el siglo X con el curioso nombre de Villa de Pun.






Seguimos en paralelo a la nacional N-120 y llegamos a Viloria de Rioja. Ésta es la aldea natal de Santo Domingo de la Calzada, que nació hacia el año 1020. Su Iglesia de San Pedro es del siglo XVI y la Ermita de Santa María del Campo es de estilo barroco.


Descendemos dejando atrás Viloria y caminando -como es hoy lo habitual, por pistas siguiendo la nacional N-120- alcanzamos Villamayor del Río. 


Y finalmente llegamos a Belorado. 

Belorado está enclavado en el Camino de Santiago desde que a principios del siglo XI Sancho III “El Mayor de Navarra” desviara el camino Jacobeo desde Nájera hacia Santo Domingo de la Calzada y Belorado. La villa contaba con varios hospitales para descanso de los peregrinos quedando en la actualidad la Ermita de Nuestra Señora de Belén (siglo XVI). Destaca la Iglesia de Santa María (siglo XVI) -renacentista, con un gran retablo barroco- y merece la pena visitar el obrador del Monasterio de Santa Clara -convento de las monjas clarisas- y probar sus chocolates. 

En la Oficina de Turismo sellan la credencial. Y visitamos el “Paseo del Ánimo” y el “Paseo del Arte”. En el llamado “Paseo del Ánimo” podemos ver cómo en el suelo varios personajes famosos han dejado las huellas de su mano y pie para recibir al peregrino y desearle “Buen Camino”. El “Paseo del Arte” o Ruta de los Murales de Belorado: son murales pintados por distintos artistas por las calles de Belorado de diversa temática. En la Oficina de Turismo y Centro Digital de Promoción Jacobea proporcionan un mapa para recorrer las calles de Belorado y seguir la Ruta de los Murales.

Nos sentamos a comer en un establecimiento de la Plaza Mayor y después tomamos un café en tranquila conversación. 
Un rato de paseo y casi sin darnos cuenta llega la hora de dirigirnos al lugar donde nos esperan los autobuses. 
Cuando estamos todos salimos de Belorado y ponemos rumbo a casa, llegando pronto a León.



Ha sido otro estupendo día de convivencia en el Camino: disfrutando de lugares y paisajes nuevos; descubriendo un importante y variado patrimonio histórico y artístico; charlando con los vecinos- de sus pueblos, del Camino, de León…-.

Ahora ya estamos pensando en la próxima etapa del Camino.

Pero hacemos un cambio entre las dos etapas siguientes. El domingo 25 de febrero caminaremos desde Agés a Burgos y el domingo 17 de marzo haremos el tramo entre Belorado y San Juan de Ortega para poder disfrutar del “Milagro de la Luz” dada la proximidad del equinoccio de primavera.
La próxima crónica del Camino Francés será la del domingo 25 de febrero de 2024.

¡Buen Camino! 


martes, 20 de febrero de 2024

Sale a subasta, Censo de 1.656, realizado en Redecilla del Camino, por un Comisario de la Inquisición.

 Sale a Subasta:
Carta de pago de un Censo realizado por un Comisario del Santo Oficio (Inquisición), 
realizado en Redecilla del Camino en el año 1656
Precio de salida 12,00€ (más gastos de envío)
La subasta está abierta hasta el 25 de febrero a las 20:30h

Descripción
.- Manuscrito, Bien Conservado
.- Tamaño Folio
.- 1 página
.- Bonita caligrafía y todo el documento.

Contenido:
.- Carta de pago de un Censo realizado por un comisario del Santo Oficio (Inquisición)
.- Redactado en Redecilla del Camino, Burgos
.- Buena y bonita firma notarial
.- Sello fiscal de clase 4ª



domingo, 11 de febrero de 2024

Hace 15 años, se publicaba este post en el blog: "Ayago, un topónimo primitivo"

Imagen y traducción del Cartulario de San Millán donde se cita a San Andrés de Ayago:
"Y séptima decanía San Andrés de Faigo con sus viñas y dehesas sus montes y sus manzanos".

 

Blog sobre Redecilla del Camino y comarca.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Ayago, un topónimo primitivo

Ayago es, clarísimamente, una localización; no es sólo el nombre de la Virgen de Ayago; es, además, el nombre propio de unos montes; y de algo más: es un topónimo viejo, antiguo.

En general a las palabras latinas que empezan por f, y sólo en el norte castellano y algo en sur de Francia, el castellano las convirtió con el paso el tiempo en h aspirada inicialmente y muda después, llegando la h a desaparecer de la escritura; Por ejempo: fagea se transforma en faga, luego en faia (faia-go en el año 863); se transforma la f en h, en (h)aya, aia, el aya-go (de nuestros días)[1].

Dice Rafael Lapesa que el foco inicial de ese fenómeno se da en el norte de Burgos y en la Rioja en los siglos IX al XIII; y que ese fenómeno solo puede atribuirse a la existencia de factores indígenas anteriores al latín: “cuando un fenómeno propio de una región es muy raro o desconocido el resto de la Romanía, si en el idioma prelatino correspondiente existían tendencias parecidas, debe reconocerse la intervención del factor indígena”.[2]

Rafael Lapesa nos está diciendo que este fenómeno, que se da en la comarca, tiene sus raíces en idiomas muy anteriores a los romanos, anteriores incluso a los celtas. Esos factores pudieron ser de órigen íbero o vasco. Estamos hablando de un sustrato lingüístico muy antiguo, del que esta comarca es protagonista, y que tiene su traslación directa en unos de sus topónimos, o vocablos más significativos: Ayago.

Como luego se dirá, la primera vez que aparece Ayago escrito lo es en documento sobre un acto jurídico del año 863; en la forma, tal como la analiza Rafael Lapesa, primitiva Fai(a(go) que nos llega como hay(a(go), o ay(a(go).

El subfijo o terminación –a-go puede tener relación con el sufijo precéltivo ieg. El sufijo ibero/vasco ago unido a palabras de origen latino nos ha llegado en castellano para darles fuerza, singularidad o grandeza al significado normal de las palabras latinas: como muerciélago, vástago, tartago, bálago.

Normalmente ese sufijo es átono (no lleva acento), pero también forma palabras en las que es sí acentuado, o tónico. Y curiosamente cuando este sufijo es tónico, es cuando se refiere, aunque no sólo, a árboles, plantas o vegetales, como apiago, viscarago, mucilago, plantago (plantaina, llantén), lappago(lampazo)[3]. Y podría ser éste el caso de Ayago, con raíz linguística de un árbol: el haya.

En ese sentido Ayago nos describiría un haya de singular magnitud o significación: un árbol memorable...; un árbol singular.

Cabe reseñar que la desinencia –ago del vascuence servir para formar el grado comparativo superior: en ese sentido Ayago sería el haya más grande, o muy grande.

Con mucha probabilidad la existencia de ese haya singular y “copuda[4]” estuvo asociada a mitos y ritos religiosos de los primitivos pobladores de la zona... Ya se ha demostrado que en la zona se produjo el culto mítico a los árboles: El poeta latino nacido en Calatayud (40 d.C.), Marcial, se refiere en su obra (4,55,23) a que en Buradón había un robledal sagrado adorado por los autóctonos o indígenas. (Buradón estuvo a menos de 5 klm de Redecilla del Camino)

Los ritos y mitos vinculados a la deificación de elementos de la naturaleza, con el trascurrir del tiempo, se cristianizan, y, en este caso, se asocian inicialmente a San Andrés, y cuando el culto a la Virgen María toma vigor en el cristianismo, se vinculan a la Virgen María, como Nuestra Sra. de Ayago.


En el documento que refiere la decanía de San Andrés de Faiago, el genitivo/complemento locativo de la preposición “de” expresa en este caso la pertenencia o relación de esa decania de San Andrés con el lugar o la comarca/montes de Ayago en la que está ubicado.

El Ayago de esta comarca es un nombre propio, no común. Estamos ante un San Andrés de Ayago, ante unos Montes de Ayago, ante una Virgen de Ayago.

Ayago aquí es el nombre propio de una posición geografica.

Es la pertencia de San Andrés, de unos Montes o de una Virgen a una entidad de nombre propio de carácter localista, llamada Ayago.

El “de Ayago” determina la localización singular, el nombre propio de un elemento físico localizado en un espacio concreto y llamado Ayago.

VBS

[1] Rafael Lapesa, Historia de la Lengua Española. Ed. Gredos, Madrid, 1981, 9ªedc. (Valencia, 8 de febrero de 1908 - Madrid, 1 de febrero de 2001. Fue un filólogo español, miembro de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia).

DRAE; Pilar García Mouton, Toponimia Riojana Medieval; y D. Manuel Alvar, Dialecto Riojano, Biblioteca Románica Hispánica, Madrid 1986.

Rufino Gómez Villar, Toponimia Vasca en la comarca de Belorado, Fontes Linguae Vasconum. Nº 92, Enero-Abril 2003; recoge un interesante y documentado estudio de la influencia vascuence que se percibe en los múltiples pagos de la comarca, sobre todo en la conservada en los Montes de Ayago.

[2] Rafael Lapesa, Historia de la Lengua Española. Ed. Gredos, Madrid, 1981, Colección Manuales nº 45, 9ªedc pag 36 a 39.

[3] Términos todos estos que se hallan en la obra de San Isidoro de Sevilla, anterior al año 863. Isabel Velázque, Formación de las palabras en las Etimologías de San Isidoro de Sevilla.UCM, Madrid 2003

[4] “Copuda”, singular adjetivo que los cantares y poemas de los danzadores y el “cachuburrio” de Redecilla, aún hoy día, dedican a el haya en el que se apareció la Virgen Ntra. Sra. de Ayago. Haya copuda tendría el mismo significado de haya gigante, y en realidad sería una redudancia: la misma palabra Ayago es en si misma descripción de un haya gigantesca.

El único tramo en obras de la A-12, que pasa por Redecilla del Camino, está a la mitad.

La construcción de los 14,4 kilómetros entre Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), Redecilla del Camino y Villamayor del Río (Burgos) apen...